Almadraba, la historia de la pesca andaluza

La pesca en Andalucía ha sido siempre conocida por su singularidad e importancia a lo largo de la historia y es que, desde tiempos prehistóricos, la actividad pesquera ha sido fundamental en el litoral de la Bética y ya durante la Edad Media y Moderna empieza a tener una importancia considerable la Almadraba, una técnica fenicia con 3000 años de antigüedad. Tanto es así, que ya en el asentamiento romano de Baelo Claudia, en la actual playa gaditana de Bolonia, hay indicios de su aprovechamiento.

Una técnica con historia

Estamos ante una de las principales técnicas de captura del atún empleadas en nuestra comunidad, que se realiza durante el final de la primavera y los meses de verano aprovechando la migración de atunes entre el Atlántico y el Mediterráneo.

Durante el siglo XII el duque de Medina-Sidonia es encargado de gestionar las almadrabas del sur atlántico y del Mediterráneo por orden del rey. Esta casa nobiliaria estuvo a cargo de su explotación hasta finales del siglo XVIII, momento en el que pasa a ser una gestión de diferentes empresas.

Respetando el medio ambiente

Durante la primavera y el verano, los bancos de atunes bajan de las aguas frías del norte a las aguas calientes del mediterráneo. En su trayecto, al pasar por el Estrecho de Gibraltar es cuando se realiza la captura, siendo habitual este sistema en Zahara de los Atunes, Tarifa, Conil y Barbate. El proceso se basa en una estructura de redes para efectuar la pesca utilizando herramientas rudimentarias.
Esta técnica es una opción sostenible, ya que, además de ser selectiva, respeta el medio ambiente.
 

Atún rojo, el producto estrella

Dentro de la familia de los atunes, las especies más valoradas son el atún rojo, el blanco y el bonito del norte.
En el caso de Andalucía, destaca especialmente el atún rojo de Almadraba, un producto muy apreciado no solo gastronómicamente, sino también ambiental y cultural. Además, al tratarse de un atún salvaje y no de piscifactoría, estamos ante un pescado de mayor calidad, menos graso y más saludable.

En el ámbito culinario, su consumo es altamente valorado en guisos tradicionales, preparados en crudo, conservas y en salazones. El atún rojo destaca por su versatilidad, pudiendo acompañarse de verduras encurtidas y aire de adobo, entre otras opciones.

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