Descifrando alimentos: cuando la información lo es todo

Dentro de los debates actuales sobre el alto contenido en aceite de palma, azúcar y sodio originados por la creciente preocupación de la sociedad de consumir alimentos saludables, debemos resaltar la importancia de conocer lo que comemos.
Aunque estos debates no son nuevos, es ahora cuando parece que hemos llegado al auge de la preocupación nutricional: el interés por la alta gastronomía en los medios de comunicación, así como los problemas de obesidad y otras enfermedades han hecho que tomemos conciencia sobre la necesidad de conocer lo que comemos.
Y no significa que incluir mínimamente ciertos tipos de alimentos haga que nuestra salud se vea perjudicada, pero sí que es cierto que las tendencias de estos últimos años en la compra de alimentos ultraprocesados ha hecho que nuestra alimentación se haya visto empeorada, bien por la falta de información o bien por la falta de preocupación.

La información, nuestro mejor aliado

Es precisamente conocer lo que comemos lo más importante para llevar una alimentación saludable. Cuando estamos ante los productos envasados no podemos evitar fijarnos en aquellos con mayor atractivo, y es que el marketing hace su trabajo en una intensa y constante batalla por destacar aquello que no siempre es la mejor opción para nosotros.
Pero…¿cuál es la mejor manera de solucionar esto? Aprender a interpretar los etiquetados.

Próximo paso: ¿Cómo evitar opciones poco saludables?

Es complicado encontrar productos que sean 100% saludables, de hecho, si nos fijamos en el caso del aceite de palma, encontramos que este es el aceite más utilizado a nivel mundial. La tarea es difícil, pero no imposible si seguimos algunos consejos:

  1. Sigue las indicaciones de la pirámide alimenticia con una dieta rica en frutas, verduras y utilizando grasas saludables como el aceite de oliva.
  2. Consume productos de temporada: cada época del año ofrece unos productos diferentes que destacan por sus propiedades nutricionales y su sabor.
  3. Evita los alimentos pre-cocinados, la bollería industrial y otros productos procesados, que contienen grandes cantidades de azúcares, sal y grasas saturadas.
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