Frutas híbridas: qué debemos saber
¿Has oído hablar alguna vez de las frutas híbridas? Seguramente has visto nectarinas y clementinas, incluso las habrás incluído más de una vez en tu cesta de la compra. Estas frutas, a pesar de lo que parezca, no son genéticamente modificadas, sino que son el resultado de un cruce que se consigue a partir de la polinización a mano entre determinados árboles o plantas frutales. Las semillas resultantes se plantan y se obtienen estas frutas años después.
Clementina, historia y curiosidades
Como avanzamos anteriormente, la clementina es una de las frutas híbridas más comunes y fácilmente accesibles en el mercado. Ésta es la combinación de mandarina y naranja amarga, por ello, su sabor tiene matices amargos y dulces.
Se dice que su origen fue una hibridación accidental realizada por el Padre Clément Rodier a finales del siglo XIX en Argelia. Otras teorías afirman que fue en China donde se originó siglos antes.
Tradicionalmente, las clementinas se han cultivado en Marruecos y en España. Sin embargo, en Estados Unidos se empezaron a imponer en la década de los 90, cuando el frío de Florida arrasó las plantaciones de naranja. Desde entonces, este fruto es conocido en el estado de California como «naranja de Navidad».
Nectarina, fruto de la controversia
En el caso de la nectarina, algunos expertos afirman que se trata de un híbrido entre ciruela y melocotón aunque existen discrepancias acerca de la verdadera naturaleza de esta fruta.
Desde la Universidad MIguel Hernández de Elche afirman que “es una variedad del melocotón que se caracteriza por presentar la piel lisa debido normalmente a mutaciones naturales que han tenido lugar de forma espontánea y que han sido seleccionadas por los agricultores».
De hecho, hay expertos que aseguran que la existencia de la nectarina tuvo lugar en China hace más de 2.000 años, incluso llegando a plantear que es el melocotón el que podría ser una mutación de la nectarina.
Otras frutas híbridas fascinantes
Pomelo: por todos conocido, el pomelo es un híbrido, probablemente producido accidentalmente, entre la pampelmusa y la naranja dulce en plantaciones del mar Caribe. Su origen data del siglo XVII.
Oroblanco: de color blanquecino y sabor cítrico, es el cruce de dos variedades de pomelo. Científicos de la Universidad de California crearon esta fruta por primera vez a mediados del siglo XX, aunque no se comercializó hasta los años 80. Actualmente se cultiva en Israel y California.
Pineberry: se trata de un fruto blanco con semillas rojas, resultado del cruce de fragaria chiloensis (una variedad de fresas de Hawaii y la Costa del Pacífico) y la fresa clásica. Es algo más pequeña que la fresa que solemos encontrar en el mercado y con un ligero sabor a piña, de ahí que su nombre haga referencia a ésta (pineapple en inglés).
Limón sanguíneo: originario de Australia y de sabor ácido y dulce, es una mezcla de una variedad de lima y un híbrido de mandarina y naranja conocido como ellendale mandarin.
Papple: esta fruta neozelandesa es similar a la manzana, aunque realmente es una variedad de pera resultado de la mezcla de una variedad europea y otra asiática y, a pesar del parecido sabor a la manzana, no tiene ningún parentesco con ésta.
Éstas son solo algunas, pero puedes encontrar muchas más aquí.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!