SlowFood: La educación del gusto
Cada vez es más frecuente escuchar referencias acerca del término Slow Food pero, ¿qué es? ¿cómo nos afecta? ¿qué supone para el mundo gastronómico?
El Slow Food no es un movimiento nuevo. Se trata de una organización internacional cuyos valores ponen de manifiesto la defensa y difusión de una nueva filosofía: combinar el placer de la buena mesa y el compromiso hacia las comunidades locales y el medio ambiente.
Proteger las tradiciones gastronómicas de cada región, su materia prima y sus métodos de producción son su premisa clave, por lo que en este sentido el Slow Food conlleva prestar atención a la degustación de los productos valorando su calidad y teniendo en cuenta su procedencia y manera de cocinarlos.
Orígenes y cometido
Esta organización global nace en 1986 en Bra, Italia, de la mano de Carlo Petrini.
Como crítica a la tendencia en auge del fast food y a fin de contrarrestarla, surgió la necesidad de promover y defender la materia prima local de temporada, las recetas y el deleite de la gastronomía sin prisas. Uno de sus objetivos es salvaguardar el patrimonio alimentario de la humanidad combatiendo la pérdida de interés de la sociedad por los alimentos de calidad y su origen.
El movimiento distingue a diferentes figuras relevantes como productores, comerciantes y gastrónomos que contribuyen a potenciar la presencia de los llamados «alimentos y platos del Arca«, en alusión al Arca de Noé. Además de su defensa por la biodiversidad, trabaja para apoyar la conservación de plantas cultivadas y animales de consumo.
El Slow Food ha ido creciendo hasta el punto de estar presente en más de 130 países. En 2002 nace la Fundación Slow Food por la Biodiversidad y en 2004 fue reconocida como Organización sin ánimo de Lucro por la FAO, creando junto a ella una relación de colaboración que se extiende hasta la actualidad.
Principales proyectos
Algunos de sus proyectos más destacados son los siguientes:
- Arca del Gusto: su objetivo principal es recopilar y catalogar productos en riesgo de desaparecer, como el Atún rojo de Almadraba, la Cabra vasca Azpi Gorri o el Gochu Asturcelta. Se trata de productos de excelencia contrastada y elaborados a pequeña escala a los que se protege por su arraigo a la cultura y tradición, promoviendo su consumo y defendiendo su herencia y patrimonio.
- Baluarte: se trata de una asesoría para productores artesanos a fin de conservar sus métodos de trabajo y aumentar presencia en el mercado a la vez que se educa a los consumidores para garantizar el futuro estable de las tradiciones culinarias.
- Tutelado: responde a la defensa de alimentos que, aún no cumpliendo con los requisitos de los anteriores programas, se tutelan y protegen por su singularidad y riesgo de extinción.
El Slow Food es clave para preservar la gastronomía y la cultura que identifica a cada región del planeta. Puedes ampliar información aquí.
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