EL ORDEN EN EL FRIGORÍFICO: HACIA LA CORRECTA CONSERVACIÓN DE LOS ALIMENTOS
Dos son las claves principales para la correcta conservación de los alimentos en nuestro frigorífico: su envasado y la colocación dentro de la nevera.
Cada zona de nuestro frigorífico tiene unas características de temperatura específicas. Y del acierto o no en la ubicación de los productos atendiendo a las necesidades ambientales de cada uno de ellos, dependerá nuestro éxito a la hora de garantizar su vida útil y de evitar la contaminación cruzada.
¿Dónde debemos colocarlos?
Por lo general, la intensidad del frío en las neveras es menor en su parte superior y va aumentando cuanto más abajo, por lo que guardaremos los alimentos duraderos arriba y los más perecederos conforme vayamos bajando:
- Estante superior. Aquí pondremos los alimentos ya cocinados, restos de comidas y aquellos otros en cuya etiqueta figure la leyenda “conservar en frio una vez abierto”.
- Parte central. Es el lugar de los lácteos y los embutidos. También de los huevos: a pesar de que suelen guardarse en la puerta de la nevera, esto no es recomendable. Los cambios de temperatura a los que está sometida esa zona, unido al movimiento que se produce al abrirla y cerrarla, pueden provocar grietas, e incluso la rotura de su cáscara, abriendo el camino a los microorganismos.
Consejo: Coloca de arriba a abajo y de atrás a delante los productos de mayor a menor vida útil (fecha de caducidad, elaboración o apertura) y también de menor a mayor uso.
- Parte inferior. Aquí suelen ubicarse los cajones para la fruta/verdura por un lado, y la carne/pescado por otro.
- Frutas y hortalizas: no todas. Es necesario atender a las peculiaridades de cada una de ellas. Por ejemplo, se recomienda mantener los tomates a temperatura ambiente, ya que el frío daña sus membranas y su pulpa se vuelve insípida. Con la piña y el plátano ocurre algo parecido, es preferible dejarlos fuera ya que la baja temperatura impide que las enzimas actúen y los frutos maduren. Las patatas, cebollas y ajos siempre hay que almacenarlos fuera de la nevera.
- Cajón carnes y pescados: alimentos crudos y perecederos y productos en descongelación, en envases cerrados y con rejillas inferiores para que no estén en contacto con los líquidos que desprenden.
- Puerta. Es la parte menos fría. Se colocan las bebidas, conservas, salsas, mermeladas o la mantequilla/margarina.
El segundo factor a tener en cuenta es la forma en que guardamos estos alimentos. Usa recipientes herméticos (dejando en su interior la menor cantidad de aire). El vidrio parece ser la mejor opción para conservar, pues es inerte al contacto con alimentos, no se oxida, es impermeable a los gases e ideal para ser reutilizado.
Consejo: Si se abre un producto y no se consume en su totalidad, se debe retirar el envase original y trasladarlo a un recipiente más adecuado.
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