Vinos de Jerez: todo lo que debes saber

Si algo caracteriza los vinos de Andalucía y, concretamente los de Jerez, son los más de 3.000 años de tradición en su proceso de producción, que da como resultado una alta reputación a nivel internacional por su singularidad, con una diversidad característica y extraordinaria de aromas, colores, sabores y texturas.
Estamos ante una de las categorías de vino más exportadas y con presencia en diversos países y es que, su reconocimiento internacional como “Sherry Wines”, se elaboran con tres tipos de uva blanca, que aportarán al proceso final distintos tipos de intensidad y textura.

¿Qué los hace tan característicos?

La situación geográfica en las proximidades de la desembocadura del río Guadalquivir hace que, junto a los vientos de poniente, las temperaturas se suavicen creando altos niveles de humedad y unas condiciones climáticas únicas en el mundo.
El resultado: estamos ante unos caldos originales y versátiles, elaborados con sistemas exclusivos de la región (criaderas y soleras) y que, como maridaje, ofrecen infinitas posibilidades que van desde entrantes a postres.

En la variedad está el gusto

Y es precisamente esa diversidad la que los hace tan especiales. Desde finos a manzanillas pasando por olorosos y amontillados, podemos encontrar seis tipos:
1.    Fino: se elabora con la uva palomino y da como resultado un vino seco, de poca acidez y color pálido, ya que no tiene crianza oxidativa. El fino de Jerez o Vino de crianza en flor contiene ligeros matices herbáceos y almendrados y evoluciona en un tiempo medio de entre tres y cinco años. Sírvelo a una temperatura de entre 7 y 9º junto con aperitivos y tapas como aceitunas, frutos secos o jamón curado.
2.    Manzanilla: también elaborado con uva palomino, su proceso de producción utiliza el velo de flor y el microclima de Sanlúcar de Barrameda, que le aporta matices salinos y yodados. La manzanilla es de color pálido y destaca por su aroma seco y ligero.
3.    Oloroso: son elaborados a partir de la uva Palomino y producidos bajo crianza oxidativa, proceso en el que evoluciona por la acción del oxígeno. Su sabor es suave al paladar, con matices a frutos secos y notas tostadas y balsámicas. Debe servirse a una temperatura entre 13º y 14º C y marida bien con carnes rojas o de caza, guisos de carne o estofados.
4.    Palo Cortado: estamos ante vinos generosos con una variedad de aromas que recuerdan a la avellana o a la naranja amarga. De delicadeza aromática, este vino debe servirse a una temperatura entre 13º y 14º C.
5.    Amontillado: sus matices avellanados se deben a sus características enológicas procedentes de los vinos finos, cuyo color ha evolucionado a tonos oscuros. Es originario de la región de Montilla, donde se produjo por primera vez hacia el siglo XVIII. Marida muy bien con contrastes fuertes como salazones, escabeches y ahumados.
6.    Pedro Ximénez: En su proceso de elaboración destaca el soleo en el que, tras la recolección de la uva, se pone al sol para que se seque sobre unas esterillas. Esto hace que el agua de la fruta desaparezca y se produzca una mayor concentración de azúcar, que aportará un sabor dulce. Es por ello, que este vino marida con postres con chocolate y frutos secos.
Y tú, ¿los has probado todos?

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