Trashcooking: contra el desperdicio de alimentos

Según la FAO, un tercio de todos los alimentos producidos acaban en la basura, una cifra que hablaba por sí sola de la necesidad de tomar medidas contra el desperdicio de alimentos.
Esto es algo que en la conciencia de la sociedad está cambiando gracias a la creciente preocupación, no solo en cuanto a una alimentación ma?s saludable, sino también en favor de un mundo más sostenible.
Un arte renovado
Aunque es algo que llevan haciendo toda la vida nuestras abuelas y madres (sí, las torrijas, el pudin o las croquetas siempre han sido recetas de aprovechamiento), en los últimos años, la cocina de aprovechamiento se ha ido imponiendo con más fuerza entre los hogares y restaurantes españoles, gracias a una mayor conciencia. Porque con un poco de imaginación todos conseguimos reducir de manera considerable los desechos alimentarios.
Y es que, evitar el desperdicio de alimentos, se convierte en una de las prioridades para respetar el medio ambiente y los recursos que tenemos a nuestro alcance.
Menos desperdicio, más salud
Como habrás oído hablar en muchas ocasiones, la mayoría de nutrientes de las frutas y verduras están en la piel. Dar una vuelta a tus recetas para incluirlas no solo consigue reducir los desperdicios, también aporta un extra de nutrientes a tu cuerpo. ¡Todo ventajas!
Antes de tirar lo que te ha sobrado a la basura, echa un vistazo a estas cinco ideas:

  • Piel de cítricos: puedes utilizarlas para aromatizar azúcar o aceites de oliva. También puedes confitarlos y añadirlos a tu postre favorito.
  • Espinas de pescado: darán a tus caldos un sabor de 10.
  • Piel de calabación: salteada y condimentada es ideal como guarnición.
  • Verduras variadas: con un trozo de cualquier verdura que te haya sobrado (pimiento rojo, remolacha, patata,…) puedes hacer chips o crudités para tomar de aperitivo.
  • Café molido: utiliza el que te ha sobrado para incluirlo en las masas de tus postres, como galletas o bizcochos. Potenciarán su sabor.

Ya sabes, mira en tu despensa y comienza hoy mismo a sumarte a este movimiento. ¡Di no al desperdicio de alimentos!

Mood Food: cuando la cocina es felicidad

Buscar el bienestar emocional en la comida tiene nombre: Mood food. Y no hay mejor definición para esta corriente gastronómica que tiene como objetivo la felicidad a través de alimentos.

Alimentar cuerpo y alma para sentirse mejor

Ya en la antigüedad se asociaban determinados alimentos a la buena salud física, la paz interior o el mayor rendimiento intelectual. Pero no fue hasta mediados de la década de los 80, cuando llegaron estudios estadounidenses que empezaron a demostrar cómo algunos componentes de determinados alimentos (nutrientes, vitaminas, minerales,…) contribuían de manera positiva al funcionamiento de nuestro cerebro, salud física, aspecto y percepción, por tanto, no solo nuestro físico, sino también nuestro equilibrio emocional depende en buena parte de nuestra dieta diaria.
Aquí es importante no solo elegir de manera correcta los alimentos que contienen beneficios para nuestra salud, sino también cómo los comemos. Con el ritmo de vida actual liberamos ansiedad y estrés, lo que hace que nuestras decisiones no sean las más acertadas. Por ello, debemos reflexionar sobre las opciones que elegimos cada día en nuestra alimentación.

El acto de cocinar, todo un ritual

Según esta corriente, no solo comer es un acto gratificante, sino también el acto de cocinar. Los sabores y aromas que se perciben mientras se cocina es un acto placentero en sí mismo, por lo que el Mood Food anima a disfrutar cocinando y planificando todo lo que se va a preparar.
Adriana Ortemberg, cocinera especializada en nutrición y alimentación natural, lo tiene claro: “Piensa en cosas agradables mientras cocinas o pon música que te guste. Generarás una energía positiva que irá a parar a lo que sirvas en la mesa”.

¿Cuáles son los alimentos que nos hacen más felices?

Bajo la premisa de que todo el mundo puede seguir esta dieta para la felicidad, el Mood Food invita a tener una dieta variada y saludable, dentro de la que destacan el Aceite de Oliva Virgen Extra, el aguacate, las legumbres, el arroz y otros cereales integrales. Además, frutos secos y frutas como plátano, piña, fresa y manzana contienen grandes beneficios para nuestra salud.
En cuanto a pescados, se hace referencia al bacalao junto a otros pescados azules como la sardina, caballa y atún por su alto contenido en Omega-3, además de verduras variadas y carnes magras. Es muy importante consumirlos frescos en temporada, cuando están plenos de sabor y de nutrientes, desechando las opciones de congelados.
En definitiva, el Mood Food defiende una alimentación saludable para, no solo alimentar nuestro cuerpo, sino disfrutar de este ritual de la buena mesa con la mejor salud física y mental.

5 alimentos para dormir mejor

Es evidente que un buen descanso es esencial para nuestra salud, no solo para rendir mejor durante el día. Dormir mejor por la noche influye en la aceleración de nuestro metabolismo, incluso eleva nuestras defensas para protegernos de resfriados y otras enfermedades comunes.
Pero, ¿cómo influye la alimentación en este sentido? Las cenas desempeñan un papel fundamental a la hora de determinar nuestro descanso, por ello, estas deben hacerse al menos dos horas antes de ir a dormir, además de tener especial cuidado con la cantidad, ya que una cena abundante puede dificultar la conciliación del sueño.
 

Triptófano, melatonina y serotonina, ¿por qué son importantes?

Los ritmos de vida actuales hacen que cada vez más personas tengan problemas para conciliar el sueño. En él intervienen diferentes factores y hormonas de las que depende el buen funcionamiento del sistema nervioso.
El triptófano es un aminoácido que el cuerpo no produce por sí mismo, pero que a través de la ingesta de ciertos alimentos ayuda a producir Vitamina B3, melatonina y serotonina,  neurotransmisores que regulan los ciclos y la capacidad de sueño.
 

¿Qué alimentos pueden ayudarnos a conciliar el sueño?

Aunque no existe un alimento milagroso que acabe con el insomnio, estos son algunos de los ingredientes que pueden ayudarte según la ciencia:
1.    Plátano: su contenido en magnesio lo convierte en un relajante muscular, además, estimula la melatonina y la serotonina, hormonas necesarias para mejorar la calidad del sueño.
2.    Avena: es una fuente de triptófano (que produce serotonina y melatonina) y vitamina B, que ayuda al correcto funcionamiento del sistema nervioso.
3.    Manzanilla: tomada en infusión nos ayudan a conciliar el sueño gracias a su efecto sedante en el organismo.
4.    Omega 3: los pescados azules, además de controlar los niveles de colesterol y la salud cardiovascular, ayudan a la secreción de serotonina para propocionar bienestar. También podemos encontrar omega 3 en alimentos como las nueces o las espinacas.
5.    Miel: hace aumentar los niveles de insulina en sangre, por lo que estimula en el cerebro la producción de triptófano, que posteriormente se convierte en serotonina y favorece un sueño reparador.

Dieta mediterránea: 10 pasos para seguirla

¿Quién no ha escuchado alguna vez los numeroso beneficios de la Dieta Mediterránea? Tenemos a nuestro alcance una gran variedad de alimentos que nos ayudan día a día a cuidarnos y es importante aprovecharlos, por eso, queremos poner en valor todo lo que esta dieta, Patrimonio Inmaterial por la UNESCO, puede hacer por tu salud en 10 pasos.

Decálogo para seguir la Dieta Mediterránea

1.    Principal grasa, Aceite de Oliva Virgen Extra: el AOVE es el aceite más utilizado en la cocina mediterránea debido a sus ácidos grasos monoinsaturados, betacarotenos y vitamina E. Además de contar con beneficios para la salud cardiovascular, aporta una sabor y aroma únicos.
2.    Frutas y verduras, cinco piezas al día: no solo aportan las vitaminas, minerales y fibra que necesitamos, sino que también contribuyen a una buena hidratación, previniendo enfermedades del corazón.
3.    Pan y cereales, a diario: los productos integrales como la pasta, el arroz aportan la energía necesaria para afrontar nuestras actividades por su aporte en carbohidratos.
4.    Alimentos frescos y de temporada, la mejor apuesta: consumir frutas y verduras en su mejor momento aporta el máximo de nutrientes, además de un mejor sabor y aroma.
5.    Consumo diario de productos lácteos: ya sea por sus proteínas, minerales y vitaminas, el consumo de leches fermentadas mejoran el equilibrio de la microflora intestinal.
6.    La carne roja, con moderación y en guisos: preferentemente se recomienda optar por carnes magras y en platos ricos en verduras y cereales.
7.    Pescado dos/tres veces a la semana y huevos con moderación: las grasas del pescado azul protegen de enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, las proteínas del huevo son de muy buena calidad,    además de sus vitaminas y minerales, por lo que se convierten en una excelente alternativa a la carne.
8.    La fruta fresca, el postre estrella: sustituir los pasteles y la bollería es lo más recomendable, optando por piezas enteras de fruta fresca, ya sea como postre, merienda o a media mañana.
9.    El agua es la bebida por excelencia, el vino con moderación y durante las comidas: consumido con moderación, el vino puede tener muchos beneficios para la salud dentro de una dieta equilibrada.
10.   La actividad física es tan importante como la dieta: practicar deporte según nuestras capacidades es muy importante para mantenernos activos y disfrutar de una buena salud.

Alimentos para alcanzar tus metas: qué comer si haces deporte

Que el running esté de moda no es ningún secreto pero ¿lo has practicado alguna vez? Si es así, seguramente sabrás que como todo deporte, requiere una alimentación adecuada para aumentar el rendimiento.
Antes de calzarte las zapatillas, es importante que tengas en cuenta que llevar una alimentación saludable significa abarcar todos los grupos de alimentos, incluídas las grasas. Además, si vas a iniciar una dieta es esencial que ésta sea personalizada y adaptada al deporte que practiques y bajo supervisión de un especialista.
Dicho esto, debes saber que un entrenamiento requiere la ingesta de 75 calorías día aproximadamente por kilo de peso corporal, de los que los carbohidratos deben ocupar un 60%, las proteínas un 25% y un 15% las grasas. Hacer deporte no significa que te olvides de las grasas.

El papel de los superalimentos

Seguro que has oído hablar alguna vez de los “superalimentos”, son un grupo de ingredientes que se consideran altamente beneficiosos para la salud y es que, su alto aporte en nutrientes y bajo nivel de calorías, hace de ellos una opción saludable a la vez que energética.
Aquí tienes algunos ejemplos de estos superalimentos que te ayudarán a rendir más:
Quinoa: aunque se consume desde hace miles de años, la quinoa es un cereal que ha llegado para quedarse. Su fama es bien merecida: es rica en proteínas, hierro y magnesio y tiene un sabor y textura agradable. Además, es muy versátil a la hora de cocina, por ejemplo con hinojos al ajillo.
Kamut: dentro de la categoría de trigos encontramos el kamut, un cereal con alto contenido en proteínas y rico en minerales. Además, su bajo índice glucémico y nivel de proteínas y antioxidantes lo convierte en alimento clave para afrontar el entrenamiento. Estamos ante un alimento tolerado por personas que presentan alergias o intolerancias a otras variedades, por lo que puedes consumirlo sin correr riesgos en tu salud.
Huevo: debes saber que las proteínas juegan un papel esencial en el desarrollo de la masa muscular y la regeneración de los tejidos. A pesar de que hace unos años, el huevo contaba
con una mala fama inmerecida, éste ha resultado ser una fuente muy valiosa de proteínas con un bajo aporte calórico. A esto sumamos que diversos estudios demuestran que realmente no sube el colesterol. Acompañado de sopa de tomate y ajo negro hará que, además de cuidar tu salud, disfrutes de un sabor único.
Coliflor morada: no se pueden dejar de lado las vitaminas y minerales de las frutas y verduras, pero especialmente, destacamos la coliflor morada. El color violeta revela una importante carga de antioxidantes, que te ayudarán a prevenir el envejecimiento prematuro y mejorar tu salud.
Aguacate: si algo caracteriza al aguacate es su alto contenido en omega-3, que lo hace muy beneficioso para el rendimiento y colabora en el desarrollo de masa muscular. Sus grasas son muy saludables, ya que también ayudan a cuidar el corazón. Te recomendamos este Tartar de fresas con mojama y aguacate.
Cúrcuma: sus propiedades antiinflamatorias hacen de esta especia un aliado perfecto ante las lesiones. Así que, si te excedes en un entrenamiento, no te olvides de añadir este ingrediente en tus platos.
¿Y tú, ya los tienes en tu lista de la compra?

Recuerda bien: 7 alimentos para la memoria

Seguro que has leído este título e inevitablemente te ha venido a la mente los famosos “rabitos de pasas” pero has de saber que, aunque la ciencia le ha dado la razón, no es el único alimento que ayudará a tu memoria a funcionar a pleno rendimiento.
Elegir una dieta saludable, además de garantizar el buen funcionamiento de nuestro cerebro, nos ayudará a prevenir posibles procesos degenerativos. Apunta bien los alimentos que debes incluir en la lista de la compra:
1. Uvas: ya sean pasas o frescas, las uvas y sus “rabitos” contienen alto nivel de vitamina B, flavonoides, miricetina y antioxidantes, muy beneficioso para el funcionamiento del cerebro.
2. Frutos secos: numerosos estudios relacionan los frutos secos con una mejora importante en las funciones cognitivas, especialmente las nueces y las almendras. Además de ser una gran fuente de Omega-3, aportan fósforo y magnesio, aliados contra el envejecimiento de nuestras neuronas. En todo caso, recuerda no abusar de ellos, ya que contienen un gran aporte calórico.
3. Arándanos: los frutos rojos en general constituyen una importante fuente de Vitamina C, minerales, antioxidantes y ácido fólico, buenos aliados para una memoria sana que ayudan a evitar la oxidación celular, especialmente en el caso de los arándanos. Además, su efecto antiinflamatorio ayudará a mejorar tu salud.
4. Pescado azul: seguro que siempre has relacionado el pescado con el fósforo, pues bien, este mineral es esencial para el funcionamiento de las neuronas. En concreto, el pescado azul (atún, salmón, sardinas…) incrementa los niveles de fósforo frente al pescado blanco, además de ayudar a frenar el deterioro cognitivo. El consumo de pescado debe ser superior al de carne, siendo lo más adecuado dos veces por semana.
5. Café: nada mejor para recargar las pilas por la mañana que un buen café. Además de despertarnos, esta bebida es un potenciador de la memoria cuyo efecto puede durar hasta 24 horas después de su consumo, según un estudio de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (Estados Unidos).
6. Zanahoria: no solo mejora la vista, también la memoria verbal. Aporta beneficios a largo plazo para nuestras neuronas gracias al antioxidante betacaroteno.
7. Chocolate negro: el flavonol epicatequina es el responsable de su efecto en nuestro cerebro. Apúntate al consumo de chocolate negro, ya que cuanto más porcentaje de cacao tenga, más beneficioso será para tu salud.
Ahora ya sabes cuáles son los mejores alimentos para tu memoria, ¡solo tienes que recordarlos!

Guía definitiva para comer en invierno

Combatir las bajas temperaturas y reforzar nuestro sistema inmunológico es el principal objetivo que debemos cumplir ante la nueva estación que está a punto de llegar.
Además de vitaminas y minerales, una perfecta alimentación en invierno nos proporciona calor interno. La quinoa, la avena, los frutos secos o el arroz contienen hidratos de carbono de absorción lenta que nos dan energía por más tiempo, lo que aumenta la termogénesis haciendo que gastemos más calorías cuando estamos en reposo.
Una alimentación saludable con productos de temporada junto a algunas recomendaciones nos ayudará a afrontar el invierno. ¿Cuáles son? Toma nota:
•    Consume alimentos de temporada como la naranja, la mandarina o la piña y verduras como la calabaza, la endibia y el calabacín aportan las vitaminas y minerales que el cuerpo necesita.
•    Incluye cada día frutas y verduras, ya que aportan muchas vitaminas y minerales que ayudan a fortalecer las defensas y, al mismo tiempo, a aumentar nuestro rendimiento. La manzana o la pera, por ejemplo, están en su mejor momento, compuestas por un 80% de agua y abundante fibra. En esta época no hay tanta variedad de frutas como en verano pero podemos complementar con verduras de temporada como el brócoli, rico en vitamina C, antioxidante y muy bajo en calorías.
•    El consumo de pescados y carnes blancas, así como legumbres, cereales y fibra te ayudará a fortalecer tu sistema inmunológico. No olvides consumirlos de dos a tres veces por semana.
•    Disminuye el consumo de grasas, sodio y azúcares optando por alimentos frescos. Los alimentos procesados contienen altas cantidades de grasas, sal y azúcares que aumentan los niveles de colesterol.
•    Consume vitamina A para proteger la piel del frío. Puedes encontrarla en alimentos como la leche, el queso fresco y el huevo.
•    Aumenta el consumo de líquido: aparte de ayudar al buen funcionamiento del organismo, las infusiones y los tés ayudan a combatir el frío.
•    No olvides la Vitamina D: en invierno, con menos horas de luz, es conveniente introducir alimentos con vitamina D, como pescados (salmón o atún), leche, huevos, aguacate y champiñones.
Estos son algunos consejos para seguir una dieta adecuada en invierno. Te ayudarán a hacer frente a resfriados y bajas temperaturas manteniendo tus defensas fuertes.

Harinas sin gluten: qué alternativas hay

Aunque seguir una dieta sin gluten a veces puede hacerse cuesta arriba, por suerte cada vez existe una mayor concienciación y, con ello, las alternativas a la hora de elegir ingredientes idóneos para esta dieta son mayores. En este post queremos explicarte cuáles son las variedades de harinas que puedes encontrar.

¿Qué es el gluten?

El gluten es un elemento que se encuentra en las proteínas del trigo y que supone un 80% de éstas. Sus componentes son la gliadina y la glutenina y es el responsable de la consistencia de panes y masas. Como ya sabes, la harina de trigo es la más utilizada en cocina, por ello, es la que podemos encontrar de manera más frecuente en supermercados, aunque no es el único tipo.
Si eres celíaco, debes saber que existen diversas alternativas que puedes incluir en tu dieta, pero cuidado, no basta con sustituir en un postre o una receta salada la misma cantidad de harina de trigo por harina de maíz aunque tampoco es tan difícil como parece.

¿Qué alternativas hay?

En el mercado podemos encontrar desde harinas de cereales o pseudocereales hasta leguminosas y de frutos secos.
Como ya habrás imaginado, cada una de ellas varía el sabor del resultado final de las recetas que hagamos, por ello, lo mejor es ir probando cuáles son las que mejor combinan con lo que queremos conseguir.
La mejor manera de conservar este tipo de harinas es en la nevera, dentro de un recipiente hermético.
 

¿Cuáles son las más populares?

  • Harina de arroz: su alto contenido en almidón hace que sea ideal como espesante. Es importante tener en cuenta que este tipo de harina no es apta para elaborar panes, ya que no cuenta con características que permitan conseguir una textura adecuada para este tipo de alimentos.
  • Harina de maíz: es una de las principales alternativas a la harina de trigo. Su alto contenido en hidratos de carbono, minerales y vitaminas hace que sea perfecta para espesar salsas y elaborar panes.
  • Harina de garbanzo: al igual que las anteriores, contiene un alto valor nutricional que sustituye a la harina de trigo en muchas recetas para celíacos. Se utiliza con frecuencia en la cocina oriental para rebozados.

 
Además de estas, podemos utilizar harina de soja, de castañas, de mijo o de quinoa, entre muchas otras que puedes encontrar aquí. ¿Cuál es tu favorita?

7 consejos para evitar la contaminación cruzada

Una de las causas más frecuentes de intoxicación alimenticia es la contaminación cruzada. La transmisión de ingredientes de un plato a otro durante o después de su elaboración, ya sea a través de nuestras manos o de utensilios de cocina, puede suponer un riesgo importante para personas con alergias o intolerancias.
Es importante ser consciente de la importancia que esto tiene, no solo cuando hablamos de este tipo de patologías, sino también a la hora de manipular alimentos crudo y cocinados, ya que algunos microorganismos productores de enfermedades se encuentran en ocasiones en alimentos crudos como huevos, verduras o carnes. Debemos prestar especial atención a un correcto cocinado, ya que éste garantiza la eliminación de la posible presencia de este tipo de bacterias.

El riesgo de la contaminación cruzada

El contacto directo entre diferentes alimentos junto con una inadecuada manipulación son los dos principales riesgos de la contaminación cruzada. Ésta puede ser directa, es decir, mediante el contacto entre dos alimentos (crudo y cocinado) o indirecta, por medio de las manos, las superficies de trabajo o utensilios de cocina.
La temperatura juega un papel fundamental, ya que cuando la contaminación se produce de alimentos crudos a alimentos ya cocinados, debemos saber que los patógenos tiene mucha facilidad para multiplicarse si se dan las condiciones adecuadas, por ejemplo, si se rompe la cadena del frío. Por eso, en el caso de  alimentos ya preparados y listos para consumir, el riesgo es menor gracias al calor que acaba con las bacterias.

¿Cómo evitamos todo esto?

Ahora que sabemos la importancia de los riesgos que puede conllevar esta contaminación alimentaria, es esencial tomar medidas:
•    Lávate siempre las manos antes de cocinar y después de trabajar con alimentos crudos.
•    Coloca en el frigorífico los alimentos cocinados en las baldas superiores y los crudos en las inferiores. Así evitarás goteos y con ello, el contacto entre alimentos.
•    Introduce los alimentos en recipientes cerrados herméticamente para protegerlos de  posibles contactos.
•    Utiliza utensilios diferentes a la hora de manipular alimentos crudos y cocinados.
•    Limpia los electrodomésticos, como batidoras o picadoras, al cambiar de tipo de alimento.
•    No olvides utilizar una tabla de cortar diferente para cada tipo de alimento.
•    Mantén la cocina limpia y desinfectada para prevenir la contaminación.

Proteínas vegetales, ¿dónde encontrarlas?

A pesar de que todos solemos asociar el origen de las proteínas a los alimentos de procedencia animal, debemos tener en cuenta que en productos vegetales podemos encontrar un interesante aporte de proteínas para nuestra dieta.
No solo son un fundamento esencial dentro de la dieta vegana y vegetariana, sino que además son interesantes a la hora de incluirlas dentro de cualquier plan nutricional. Y es que variar nuestra dieta es algo necesario para evitar la monotonía y contar con más opciones.
Alimentos como el tofu, la quinoa o el seitán, cada vez más presentes en el mercado, siguen siendo aún desconocidos para muchos.

¿Por qué nuestro cuerpo necesita proteínas?

Las proteínas son un elemento clave en nuestra dieta porque intervienen en nuestro proceso digestivo. Además, favorecen la circulación y forman parte fundamental de nuestros tejidos y órganos. ¿En qué alimentos podemos encontrarlas? Existe una interesante variedad de alimentos vegetales en los que encontrar proteínas,
entre ellos:
Tofu: contiene unos 37gr de proteínas por cada 100gr de producto. Además, es una fuente de calcio y hierro y cuenta con niveles muy bajos de grasas saturadas. El tofu supone una buena alternativa a la carne en dietas veganas, pero también se puede combinar con una dieta normal en la que esté presente la carne.
Quinoa : es un alimento que ha obtenido mucha popularidad en los últimos años debido a sus múltiples beneficios para la salud. La quinoa es un cereal similar al arroz que tiene una importante fuente de proteínas (18gr por 100 de producto). Además de contener vitaminas, minerales y carbohidratos, ayuda a disminuir la presión arterial. Puedes prepararla con hinojos al ajillo o en una ensalada con arroz integral y legumbres.
Legumbres: las lentejas, alubias y garbanzos son alimentos de origen vegetal con alto contenido proteico. Dependiendo de la legumbre, ésta puede aportar hasta 18gr por cada 100. Además de ser bajas en grasa y una fuente de fibra, contienen hidratos de carbono, por lo que suponen un alimento muy completo y saludable. Una idea sencilla es consumirlas aliñadas con tomate y mojama de atún.
Amaranto: es una de las plantas más nutritivas, rico en lisina, vitaminas y grasas saludables. Puedes prepararla con verduras salteadas y salsa de soja.
Chía: las semillas de chía son consideradas un “superalimento”, ya que contienen gran cantidad de fibra, vitaminas, ácidos grasos y antioxidantes. Su aporte de proteínas llega hasta el 23%. ¿Sabes cómo prepararla? Aquí te damos algunas ideas.
¿Has probado a incluir todas estas opciones en tu dieta diaria?